Calle 17 No. 6 -02 - Cali
En cualquier presentación musical, concierto, obra de teatro, conferencia o grabación, hay alguien en segundo plano haciendo que todo suene como debe. Ese alguien es el técnico de sonido.
Muchas personas piensan que su trabajo es “subirle o bajarle” al volumen, pero la verdad es que esta profesión requiere conocimientos técnicos, sensibilidad artística, pensamiento crítico, atención al detalle y una gran capacidad de adaptación.
Vamos a desglosar todo lo que hace un técnico de sonido —incluso cuando nadie lo nota— y por qué su presencia puede marcar la diferencia entre una experiencia increíble y una noche olvidable.
Todo comienza con la planeación. Antes de mover una sola consola, el técnico ya está tomando decisiones cruciales:
¿Qué tipo de espacio es? (¿cerrado, abierto, con eco?)
¿Qué cantidad y tipo de público se espera?
¿Qué necesita el artista o el evento? (voz, instrumentos, pistas, reproducción multimedia…)
¿Qué equipo se adapta mejor a la situación?
A partir de eso, se decide:
Dónde ubicar las bocinas principales (PA)
Cuántos y qué tipo de monitores de piso o in-ear se usarán
Qué tipo de micrófonos se necesitan (dinámicos, condensadores, de ambiente…)
Cómo se van a enrutar las señales en la consola de mezcla
Este diseño se adapta para maximizar la claridad del sonido y evitar errores comunes como la retroalimentación o la pérdida de frecuencias.
Una vez decidido el diseño, comienza la etapa de montaje y prueba, también conocida como soundcheck o prueba de sonido. Aquí el técnico:
Conecta todos los micrófonos, cables, consolas, procesadores y amplificadores
Verifica que todo funcione correctamente y sin ruido
Ajusta la ecualización general y por canal (EQ)
Establece los niveles de ganancia para evitar distorsión
Corrige problemas de fase o interferencia
Verifica el posicionamiento físico de los parlantes para evitar zonas muertas o rebotes incómodos
Un buen soundcheck toma tiempo. En un show profesional, esto puede llevar horas. Si se hace mal o se improvisa, el resultado se nota… y mucho.
Cuando comienza la acción, el técnico no descansa. Su trabajo ahora es monitorear, ajustar y reaccionar.
Durante una presentación en vivo, debe:
Equilibrar los volúmenes de cada fuente (voz, batería, teclados, etc.) en tiempo real
Adaptar el sonido a medida que el lugar se llena de gente (las personas absorben frecuencias, especialmente agudos)
Resolver fallas inesperadas (ruido en un canal, micrófono muerto, etc.)
Aplicar efectos (reverb, delay, compresión) según el momento
Coordinarse con el personal de luces y producción
Un error de un segundo puede arruinar una canción, una línea de diálogo o un momento clave. Por eso, el técnico debe tener reflejos rápidos, oído entrenado y experiencia en resolver problemas sobre la marcha.
En eventos grabados o en giras, el técnico también participa después del show:
Realiza backups de grabaciones o mezclas multipista
Guarda configuraciones de consolas digitales para futuros eventos
Desmonta y embala cuidadosamente todo el equipo
Evalúa qué funcionó y qué puede mejorar en futuras ocasiones
También puede trabajar en postproducción de audio, como mezcla y masterización en estudio, edición de voces, corrección de errores o ambientación sonora para contenidos audiovisuales.
Un técnico de sonido profesional no solo necesita saber de cables y parlantes. También requiere:
Conocimientos de acústica, electricidad, electrónica básica y procesamiento digital
Capacidad para leer y entender riders técnicos
Familiaridad con consolas análogas y digitales
Sensibilidad musical (para saber qué “suena bien”)
Trabajo en equipo con músicos, productores, técnicos de luces y organizadores
Pensamiento rápido y manejo del estrés
Y como si fuera poco, también debe cargar, montar, probar, ajustar, resolver, guardar… y repetir.
Porque detrás de cada experiencia auditiva que disfrutas —ya sea una banda en vivo, una obra de teatro, un congreso o una simple presentación escolar bien sonada— hay una persona invisible que lo hace posible.
Valorar el rol del técnico de sonido es valorar la calidad, la experiencia del público, y el respeto por los artistas y los asistentes.
Sonido distorsionado o con ecos
Micrófonos que no funcionan
Silencios incómodos
Malas mezclas donde no se escucha la voz
Eventos que “suenan mal”, sin saber exactamente por qué
Por eso, incluso en eventos pequeños, contar con un buen técnico no es un lujo: es una necesidad si quieres sonar profesional.